lunes, 13 de mayo de 2013

aspecto psicológico en el niño


se deduce que existe una relación circular entre las variables psicológicas y el asma, donde cada una de ellas puede actuar como causa o consecuencia, y de forma concurrente o sucesiva, a lo largo de la vida del paciente. El abordaje integral del niño asmático implica la necesidad de comunicación fluida entre el terapeuta del niño, el pediatra y otros profesionales relacionados con el caso, no sólo en el inicio del tratamiento sino en su desarrollo.


No hay una norma fija para indicar qué tipo de terapia sería la más adecuada. En cada caso es conveniente valorar la edad del niño, su nivel madurativo, la historia vital, los factores desencadenantes de las crisis asmáticas y las consecuencias psicológicas en el niño, su familia y el entorno social. Analizando
todos los factores se formulará la hipótesis diagnóstica y la estrategia de tratamiento.
La habilidad de comunicación del clínico, un paciente dispuesto a ser educado y un control regular del proceso aumentan el cumplimiento y reducen la mortalidad. La buena comunicación es la llave para mejorar el cumplimiento, más aun en el caso de los adolescentes.


Si queremos comunicarnos efectivamente con los adolescentes con asma, necesitamos escucharlos, reconocer y responder las dudas que sean importantes para ellos, así como entender sus actitudes, sus pareceres y su tratamiento.
Se ha demostrado que enseñando el tratamiento a los niños con asma, éstos tienen más facilidad de manejo, se reduce el impacto psicológico de la enfermedad y la ansiedad asociada a “vivir con asma”.

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