domingo, 19 de mayo de 2013


AGRESIVIDAD INFANTIL

La conducta agresiva es intencionada y el daño puede ser físico o psíquico. En el caso de los niños la agresividad se presenta generalmente en forma directa ya sea en forma de acto violento físico (patadas, empujones) como verbal (insultos, palabrotas).

Pero también podemos encontrar agresividad indirecta o desplazada, según la cual el niño agrede contra los objetos de la persona que ha sido el origen del conflicto, o agresividad contenida según la cual el niño gesticula, grita o produce expresiones faciales de frustración.
Independientemente del tipo de conducta agresiva que manifieste un niño el denominador común es un estímulo que resulta nocivo o agresivo frente al cual la víctima se quejará, escapará, evitará o bien se defenderá.

Uno de los factores que influyen en la emisión de la conducta agresiva es el factor sociocultural del individuo. Uno de los elementos más importantes del ámbito sociocultural del niño es la familia. Dentro de la familia, además de los modelos y refuerzos, es responsable de la conducta agresiva el tipo de disciplina a que se les someta.



Referencia Bibliográfica:

Rubio F., Galí D. Agresividad en niños y niñas. Madrid: Narcea S.A.; 2009.

ANSIEDAD Y MIEDOS EN LOS NIÑOS

La ansiedad hace que una persona quiera escapar de una situación rápidamente. Sin embargo, un poco de ansiedad puede ayudar a las personas a mantenerse alerta y concentradas.
Sentir miedo o tener ansiedad sobre ciertas cosas puede ser positivo porque hace que los niños(as) se comporten de una manera más segura. Por ejemplo, un niño(a) que tenga miedo al fuego evitará jugar con fósforos.
La naturaleza de las ansiedades y de los miedos cambia a medida que los niños(as) crecen y se desarrollan:
·         Los bebés experimentan ansiedad ante los extraños, abrazando fuertemente a sus padres cuando personas que no reconocen se acercan a ellos.

·         Los infantes de 10 a 18 meses experimentan ansiedad debido a la separación, sintiéndose emocionalmente disgustados cuando uno o ambos padres se apartan de su lado.

·         Los niños(as) con edades entre cuatro y seis años de edad sienten ansiedad respecto a las cosas que no se basan en la realidad, como por ejemplo, el miedo a los monstruos y a los fantasmas.

·         Los niños(as) con edades entre los siete y 12 años generalmente tienen miedos que reflejan circunstancias reales que pueden ocurrirles como por ejemplo, lastimarse o enfrentar desastres naturales.


Referencia bibliográfica:

Pearce J. Ansiedades y miedos. Barcelona: Paidós Ibérica; 2009.

DEPRESIÓN INFANTIL





A menudo se presentan casos de niños con una disminución del rendimiento escolar, un cambio notable en su forma de comportarse o síntomas físicos inespecíficos. En estas situaciones, nos podemos encontrar ante un niño deprimido. Los estudios demuestran que entre un 2% y un 2,5% de los niños en edad escolar están deprimidos. Esta enfermedad es menos frecuente en la edad preescolar. Sin embargo, el número de adolescentes afectados por depresión es mayor, estimándose cifras de entre un 5% y un 8%.


Síntomas

El niño encuentra más dificultades que el adulto a la hora de comunicarse y expresar sus sentimientos. Por esta razón, en la edad preescolar la depresión se manifiesta mediante irritabilidad, fatiga, dolores de cabeza y un bajo tono general.

El niño llora con frecuencia, deja de interesarse por las cosas y muestra una falta de implicación en las relaciones con sus familiares y amigos.



Claude J. Niños tristes: depresión infantil. USA: Elsevier: 2010.

BULLYNG

El hostigamiento y el maltrato verbal o físico entre escolares es bullying. Es un acoso sistemático, que se produce reiteradamente en el tiempo, por parte de uno o varios acosadores a una o varias víctimas. La definición de Dan Olweus que dice que "un estudiante se convierte en víctima de acoso escolar cuando está expuesto, de forma reiterada y a lo largo del tiempo, a acciones negativas llevadas a cabo por otro u otros estudiantes”, es la más aceptada.


Tipos:

 Físico: consiste en la agresión directa a base de patadas, empujones, golpes con objetos. También puede ser indirecto cuando se producen daños materiales en los objetos personales de la víctima o robos.
Verbal: es el más habitual. Sólo deja huella en la víctima. Las palabras tienen mucho poder y minan la autoestima de la víctima mediante humillaciones, insultos, motes, menosprecios en público, propagación de rumores falsos, mensajes telefónicos ofensivos o llamadas, lenguaje sexual indecente…
Psicológico: se realiza mediante amenazas para provocar miedo, para lograr algún objeto o dinero, o simplemente para obligar a la víctima a hacer cosas que no quiere ni debe hacer…
Social: consiste en la exclusión y en el aislamiento progresivo de la víctima. En la práctica, los acosadores impiden a la víctima participar, bien ignorando su presencia y no contando con él/ ella en las actividades normales entre amigos o compañeros de clase.



Sanders E., Implicaciones para el aula. USA: Elsevier; 2009.

DESORDENES PSIQUIÁTRICOS GRAVES EN LOS NIÑOS

El niño que tiene un "desorden psiquiátrico grave" tiene una enfermedad muy seria que puede afectar muchos aspectos de su vida. Estos aspectos pueden incluir sus emociones, su habilidad social o intelectual, o su habilidad lingüística  Los niños con desórdenes psiquiátricos graves también pueden tener problemas físicos o pueden ser retrasados mentales.

Síntomas:
  • No le sonríe a sus padres o a otros que lo cuidan
  • Actúa de forma rara o tiene apariencia extraña
  • Le falta movimiento o expresión facial
  • Habla de forma extraña o tiene un lenguaje privado que nadie entiende
  • Lleva a cabo conversaciones extrañas consigo mismo
  • Hace movimientos repetitivos extraños, tales como dar vueltas como un trompo, sacudir los brazos o dar golpes con la cabeza
  • Demuestra pánico cuando va de un lugar a otro




Soutullo C., Mardomingo M. Psiquiatría del niño. Madrid: Med Panamericana; 2010.

TRASTORNO DE CONDUCTA DISOCIAL

Es una alteración del comportamiento, que a veces es diagnosticada en la infancia, caracterizada por un comportamiento antisocial que viola los derechos de otras personas, y las normas y reglas adecuadas para la edad. Entre los comportamientos antisociales podemos citar la irresponsabilidad, el comportamiento transgresor (como las ausencias escolares o el escaparse), la violación de los derechos ajenos (robo, por ejemplo) y, o la agresión física hacia otros (asalto o violación). Estos comportamientos a veces se presentan juntos, pero puede suceder que aparezca uno o varios de ellos sin estar acompañados por ninguno de los demás.

Síntomas:

• Conducta agresiva
La conducta agresiva causa o amenaza un daño físico a otras personas.
• Conducta destructora
El vandalismo; destrucción intencional de la propiedad e incendios intencionales.
• Falsedad, engaño
• Violación de reglas
Entre las violaciones de las reglas habituales de conducta o de las normas.



 Pozo A., Trastornos de la conducta y de la personalidad. Rev Neurol 2008; 15 (6): 122-128. 

TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO EN LA INFANCIA




Se considera como la causa principal de fracaso escolar. Estas dificultades se empiezan a sospechar en la escuela infantil o cuando empieza la educación primaria. Los padres comienzan a oír frases como «es un poco lento», «necesita mejorar su psicomotricidad», «se despista mucho», «no está bien lateralizado», comentarios que les generan gran ansiedad pero que a veces no los comentan a los pediatras, a no ser que se le pregunte específicamente por estos aspectos.

Sin embargo, el papel del pediatra de Atención Primaria parece fundamental, porque es un profesional que conoce y sigue al niño y a su familia desde el nacimiento hasta la adolescencia.

Para lograrlo, deberá preguntar específicamente sobre el rendimiento escolar del niño en todas y cada una de las revisiones y deberá solicitar una evaluación psicopedagógica en todos aquellos niños en quienes sospeche dificultades. Deberá aconsejar que se siga el tratamiento indicado en los niños diagnosticados de TA y, finalmente, realizará un seguimiento a largo plazo de estos niños y sus familias.


Ferrer M. Trastornos del comportamiento en la infancia. Rev Neurol  2009; 41 (9): 550-555.

MANEJO DE LOS NIÑOS CON TRASTORNOS DEL ESPECTRO AUTISTA

El autismo no es una enfermedad única y sí un trastorno de desarrollo complejo, que se define desde el punto de vista del comportamiento con etiologías múltiples y grados variados de gravedad.

Las manifestaciones del comportamiento que definen el autismo incluyen deficiencias cualitativas en la interacción social y en la comunicación, patrones de comportamientos repetitivos y estereotipados, y un repertorio restrictivo de intereses y actividades. La gran variabilidad en el grado de habilidades sociales, de comunicación y de patrones de comportamiento que ocurren en autistas hizo más apropiado el uso del término trastornos del espectro autista (TEA).

El tratamiento de las deficiencias centrales de los TEA se basan principalmente en las intervenciones sobre el habla y el lenguaje, conductuales y pedagógicas. Se han utilizado diversos fármacos, como los neurolépticos, los anticomiciales, los neuroestimulantes y otros medicamentos para dirigirse hacia unas conductas muy específicas.

 



 

Gadia C., Tuchman R. Manejo de los niños con trastornos del espectro autista. Rev Neurol 2009; 36 (2): 166-173.


TRASTORNO BIPOLAR EN NIÑOS




Es un trastorno cerebral crónico caracterizado por episodios de cambios extremos y alteraciones en el humor, la energía, el pensamiento y la conducta. El trastorno bipolar no afecta a todos los niños de la misma manera. La frecuencia, intensidad y duración de los síntomas y la respuesta del niño al tratamiento varían dramáticamente. 
Los síntomas más evidentes a nivel externo son los de comportamiento, sin embargo, la enfermedad suele tener signos menos visible, pero graves a nivel cognitivo, cardíaco y metabólico. 

Características específicas:

1- Irritable, colérico, malgeniado, chiflado, soez, irrespetuoso, amenazante, enérgico.
2- Explosividad afectiva.
3- Inatento, atolondrado, insensato, acelerado, con accesos de risa incontrolados o siendo el payaso de la clase.
4- Depresivo, triste, duro consigo mismo, tendencias suicidas, autodestructivo, autolesiones.

 

Psicodiagnosis.es, Trastorno bipolar en niños. Barcelona: Psicodiagnosis.es; 2012 (actualizada el 12 de mayo de 2013); (acceso el 18 de mayo de 2013). Disponible en: http://www.psicodiagnosis.es


EL MUTISMO SELECTIVO

 

 

 

Es un problema de inhibición del habla que suele tener su inicio en la etapa preescolar. El trastorno se caracteriza porque el sujeto, pese a tener la capacidad del habla conservada, inhibe selectivamente la respuesta verbal delante de determinadas situaciones sociales o lo restringe a ciertas personas “de confianza” de su entorno familiar (normalmente padres y hermanos).

Puede iniciarse progresivamente como consecuencia de una timidez extrema o también a partir de alguna situación estresante (hospitalización, cambio de residencia, ciudad, etc.).

 

Características:

 

1.    Incapacidad persistente para hablar en situaciones sociales específicas (en las que se espera que hable).

2.    La perturbación interfiere con el rendimiento escolar

3.    La duración de la perturbación es de por lo menos un mes (no se limita al primer mes de la escuela).

4.    La incapacidad para hablar no se debe a una falta de conocimiento de, o a no encontrarse cómodo con, el lenguaje requerido en la situación social.

5.    La perturbación no se explica mejor por la presencia de un trastorno de la comunicación (por ejemplo, tartamudeo) y no aparece exclusivamente durante el curso de un trastorno generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico.

 

 

Psicodiagnosis.es, El mutismo selectivo. Barcelona: Psicodiagnosis.es; 2012 (actualizada el 12 de mayo de 2013); (acceso el 18 de mayo de 2013). Disponible en: http://www.psicodiagnosis.es


LA DEPRESIÓN EN NIÑOS





Los niños que viven con mucha tensión, que han experimentado una pérdida importante o que tienen desórdenes de la atención, del aprendizaje o de la conducta corren mayor riesgo de sufrir depresión. Dos son los factores de riesgo más destacados en esta patología. En primer lugar está lo que tiende a presentarse en determinadas familias. Y en segundo término, la existencia de situaciones de maltrato, que fundamentalmente afectan la seguridad por respaldo social.

Síntomas:
1.    Estado de ánimo disfórico (melancolía)
2.    Ideación autodespreciativa
3.    Conducta agresiva (agitación)
4.    Alteraciones de sueño
5.    Cambios en el rendimiento escolar
6.    Socialización disminuida
7.    Cambio de actitud hacia la escuela
8.    Quejas somáticas
9.    Pérdida de la energía habitual
10. Cambios en el apetito y/o en el peso habitual


Psicodiagnosis.es, La depresión en niños. Barcelona: Psicodiagnosis.es; 2012 (actualizada el 15 de mayo de 2013); (acceso el 18 de mayo de 2013). Disponible en: http://www.psicodiagnosis.es

 

HABLEMOS UN POCO MAS DE LA OBESIDAD INFANTIL


La obesidad infantil genera alteraciones endocrinometabólicas que condicionan un mayor riesgo cardiovascular en la edad adulta. Estos factores se relacionan, fundamentalmente, con la edad de inicio de la obesidad infantil  y con el tiempo de evolución.

Cuando la obesidad infantil se presenta en edades muy tempranas o cuando el tiempo que se ha estado padeciendo es prolongado, el riesgo de presentar eventos cardiovasculares en la edad adulta es también más elevado.

Los médicos aconsejan que para prevenir la obesidad en los niños es bueno que la dieta sea variada y elástica, reduciendo las grasas de la bollería, pastelería y la comida industrial en general.

También es fundamental que hagan ejercicio, que sean conscientes de que deben tener una alimentación sana y que no vean tanto la televisión.

Causas y factores de riesgo


Además de los factores genéticos y ambientales, la obesidad infantil encuentra su causa en la falta de educación alimentaria saludable por parte de los adultos que rodean a los niños. Padres, hermanos, tíos, abuelos y maestros olvidamos que parte de la educación del niño es enseñarle a comer variedad de alimentos y alentarlos a probar nuevos sabores.

En el ritmo acelerado de nuestras vidas olvidamos que la principal causa de la obesidad infantil es la mala educación alimentaria, dejando que el niño elija según sus gustos, que siempre se inclinan por sabores o muy dulces o muy salados.

Síntomas


Por lo general, el aumento de peso sucede a través del tiempo. La mayoría de las personas saben cuándo han aumentado de peso. Algunos de los signos del sobrepeso o de la obesidad son:

  • La ropa queda apretada y se necesita una talla más grande.
  • La báscula muestra que ha habido un aumento de peso.
  • Hay exceso de grasa en la cintura.
  • El índice de masa corporal y la circunferencia de cintura son más altos que lo normal.

sobrepeso y obesidad infantil según la OMS



Aumento del sobrepeso y la obesidad infantiles

La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. El problema es mundial y está afectando progresivamente a muchos países de bajos y medianos ingresos, sobre todo en el medio urbano. La prevalencia ha aumentado a un ritmo alarmante. Se calcula que en 2010 hay 42 millones de niños con sobrepeso en todo el mundo, de los que cerca de 35 millones viven en países en desarrollo.

Los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades conexas son en gran medida.prevenibles. Por consiguiente hay que dar una gran prioridad a la prevención de la obesidad infantil



Enlace: oms

soluciones para la obesidad infantil



La solución existe. Dado que casi todos los factores asociados a la obesidad infantil están relacionados con el estilo de vida, (excluyendo algunos casos poco comunes de patologías o factores genéticos), cambiando algunas costumbres podemos luchar eficazmente con este problema. Inculcar a nuestros hijos unos buenos hábitos alimenticios y fomentar su actividad física (deporte, juegos, paseos, excursiones,…) es fundamental para prevenir o remediar su obesidad, y de paso habremos hecho mucho para evitar que tengan sobrepeso de mayores.
Pero tenemos que empezar por nosotros mismos, pues si la madre y el padre son obesos, el riesgo de que lo sea también el hijo es de casi el 90 %, según Carlos Paredes, Presidente de la Sociedad Valenciana de Pediatría. Este experto insiste en que los hábitos de los hijos tienen mucho que ver con los de sus progenitores, y de ahí la necesidad de modificar las costumbres de los padres, cuando no sean adecuadas en materia de alimentación y salud. Por tanto, si luchamos contra nuestra propia obesidad, además de los evidentes beneficios que lograremos para nosotros mismos, también los conseguiremos para nuestros hijos.

obesidad en ñinos


obesidad significa tener demasiada grasa en el cuerpo. Se diferencia del sobrepeso, que significa pesar demasiado. Ambos términos significan que el peso de una persona está por encima de lo que se considera saludable según su estatura. Los niños crecen a distintas velocidades, de modo que no siempre es fácil saber cuando un niño está obeso o excede el peso normal. Solicítele a su médico que mida la estatura y el peso de su hijo para determinar si se encuentra dentro de lo que se considera saludable.En caso de ser necesario apegarse a un programa para bajar de peso, haga participar a toda la familia en los hábitos sanos, de modo que el niño no se sienta apartado. Puede fomentar el consumo de los alimentos sanos sirviendo más frutas y vegetales y comprando menos bebidas gaseosas y bocadillos de alto contenido en grasas y calorías. La actividad física también puede ayudar al niño a superar la obesidad o a sobrepasar su peso normal. Los niños necesitan aproximadamente 60 minutos diarios de actividades físicas.



fuente:http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/obesityinchildren.html

obesidad: riesgo de vida


Cómo detectar si tu hijo tiene obesidad infantil



Joseph Dávalos se lanza a la calle para detectar rollos, panzas y todo tipo de mofletes. Lleva en la mano un plicómetro – una especie de pinza gigante– que es, según su experiencia como nutricionista del Club Médico Deportivo Bodytech, la herramienta más eficaz para medir el índice de grasa corporal y detectar si una persona tiene obesidad.“El problema con el método del Índice de Masa Corporal (IMC), el cual obtiene un resultado al promediar el peso y la talla, es que una persona puede pesar bastante pero muchas veces es por su masa muscular y no necesariamente por un exceso de grasa”, asegura Dávalos.Al ser informadas de la Ley de promoción de la alimentación saludable para niños y adolescentes que busca regular la publicidad y venta de alimentos procesados en los colegios, muchas madres accedieron a que sus hijos se hagan el test. Aquellas que obtuvieron malos resultados confesaron no tener mucho tiempo para cocinar y preparar comida sana.

LA CLAVE: EDUCAR A LOS PADRES

Para el experimentado publicista Jorge Salmón es buena la norma en la medida que sirva para regular y no para censurar la publicidad. Sin embargo, opina que solo será efectiva si es que viene acompañada de una educación alimenticia para los padres. “Muchos padres no saben bien que alimentos son saludables para sus hijos”, asegura.
Dávalos concuerda con Salmón y agrega que en muchas familias los niños y no los padres son quienes deciden qué comer. “¿No debería ser al revés?”, se pregunta. El resultado no admite especulaciones: uno de cada diez niños en el Perú tiene obesidad infantil.
“Si me desbandé y fui obeso cuando era niño, es muy probable que también lo sea de adulto”, afirma Dávalos y explica que esto se da porque las células del tejido adiposo se multiplican y crecen más en la etapa infantil.
Mientras la norma ya aprobada en el Congreso espera su promulgación en el Ejecutivo y se discuten polémicos aspectos cómo los límites de la regulación de la publicidad, la lista de alimentos procesados y ultraprocesados y si la comida peruana puede ser considerada “comida chatarra”; no está de más que los padres tomen la iniciativa y sometan a sus hijos al plicómetro.

reportado por el diario comercio .

EDUCANDO A LOS NIÑOS PARA PREVENIR LA ANSIEDAD

En los trastornos de ansiedad interactúan factores biológicos o constitucionales, factores personales y factores ambientales. Entre los factores ambientales destacan los acontecimientos vitales o situaciones traumáticas, el estilo educativo de los padres, y, en general, los procesos de socialización del niño-adolescente-adulto en los diferentes ámbitos de su vida: familia, escuela, amigos, trabajo. Se pueden prevenir la ansiedad: Comprendiendo lo importante que para el niño es esa situación, hablando con el niño de todo aquello que teme, adoptando una actitud propicia a la resolución del conflicto o problemas, interesandonos por la evolución del problema y animando al niño, reforzandolo por los avances.





Clinicadeansiedad.com, Educando a los niños para prevenir la ansiedad. Barcelona: clinicadeansiedad.com; 2009 (actualizada el 16 de septiembre de 2010); (acceso el 16 de mayo de 2013). Disponible en: http: //www.clinicadeansiedad.com.


Trastornos de ansiedad en niños

Son un grupo de entidades nosológicas psiquiátricas que pueden presentarse en todas las etapas del desarrollo (niño, adolescente, adulto), pero que adquieren una importancia fundamental en la niñez. Los niños son portadores de algún tipo de trastorno de ansiedad, tienden a tener un tipo de pensamiento particular que se caracteriza por ser exagerado, irracional, negativo, difícil de controlar. Con la modalidad psicoterapéutica que ha mostrado ser eficaz, es la terapia cognitivo conductual. Se basa en ayudar al niño o adolescente a identificar los pensamientos CR y darles estrategias para modificarlos. Esto se hace con diferentes técnicas, dependiendo de la edad y posibilidades intelectuales del paciente.



Gold A. Trastornos de ansiedad en niños. Arch Pediatr (Urug) 2009; 77(1): 34-38.