lunes, 20 de mayo de 2013

Autismo de alto funcionamiento y Síndrome de Asperger, ¿son sinónimos?



Se reconoce un acuerdo internacional en cuanto a aceptar que existe una relación entre el Síndrome de Asperger y el continuo del espectro autista. Pero, a la vez, existen diferencias respecto a si ambos trastornos constituyen una misma entidad clínica, lo que sigue siendo motivo de estudio y discusión entre los distintos autores. El estatus nosológico del Síndrome de Asperger como categoría diagnóstica independiente y diferente del autismo ha generado numerosos estudios y aportaciones de los especialistas, sin que hasta el momento los datos sean completamente concluyentes.

Al comparar los criterios del trastorno autista y de Asperger se observa que entre ambos cuadros diagnósticos hay determinados aspectos comunes:

* Presentan las mismas dificultades características de los Trastornos del Desarrollo: trastornos cualitativos de la comunicación e interacción social y patrones de conducta y actividades restrictivos y repetitivos.
* Los alumnos con Síndrome de Asperger y con autismo de alto funcionamiento tienen un nivel de inteligencia normal o superior a la media, incluyendo conducta adaptativa (diferente a la que se presenta en la interacción social). Los niños con Síndrome de Asperger, con mayor frecuencia que los alumnos con autismo de alto funcionamiento, pueden presentar habilidades específicas en determinadas áreas.

En cambio otros aspectos, como la edad de comienzo y los déficits en las destrezas motoras pueden marcar la diferencia entre estos dos trastornos. Según Gillberg y Ehlers (1998), las discrepancias se centran principalmente en cuatro áreas:

* Nivel del funcionamiento cognoscitivo

Alrededor del 80% de los sujetos con autismo presenta también retraso mental. Sólo un pequeño grupo de personas diagnosticadas como autistas obtienen resultados medios en las pruebas psicométricas, mientras que los individuos con Síndrome de Asperger no tienen retraso en el desarrollo cognoscitivo. Analizando los resultados obtenidos en las distintas sub-escalas de los tests, aparecen ciertas diferencias: si comparamos los resultados de los niños con autismo de alto  funcionamiento y con Síndrome de Asperger, los segundos obtienen mejores resultados en las escalas verbal, memoria verbal y percepción auditiva, mientras que tienen mayores dificultades en cuanto a habilidades no-verbales, integración vasomotora, percepción espacial, memoria visual, formación de conceptos no verbales y percepción de emociones.
* Destrezas Motoras

A pesar de que el retraso en el desarrollo motor no es un criterio imprescindible para el diagnóstico, la mayoría de los niños con el Síndrome de Asperger presentan un bajo nivel de coordinación motora general y de control en la psicomotricidad fina. Sin embargo, algunos niños con autismo de alto funcionamiento también tienen dificultades en esas áreas. Los estudios realizados hasta el momento no aportan suficientes datos que nos permitan discriminar en este ámbito.

* Desarrollo del Lenguaje

En el área de lenguaje es donde aparece la mayor discusión. Mientras que el DSM IV y el CIE 10 consideran como criterio diagnóstico del Síndrome de Asperger que el desarrollo del lenguaje es normal, (sin “evidencia significativa” de retraso en el desarrollo) importantes autores destacan la peculiaridad del habla y lenguaje como rasgo característico. Estos profesionales defienden que los criterios diagnósticos de la DSM-IV son cuestionables, porque el lenguaje en el trastorno de Asperger claramente ni es normal ni típico, sino que es bastante frecuente que se dé un retraso en la adquisición del lenguaje, y que éste, una vez adquirido sea concreto, literal y formalmente correcto o incluso “demasiado correcto y formal” (Riviére, 2001). Puede darse un retraso inicial en la adquisición y posteriormente un rápido avance en cuanto a vocabulario y estructura lingüística. El lenguaje de los alumnos con Síndrome de Asperger se caracteriza, siguiendo esta corriente, por un habla pedante y escasamente modulada, habilidades de conversación pobres, e intensa preocupación sobre temas muy concretos. Se da un buen desarrollo de los aspectos formales y estructurales del lenguaje, pero fallan los aspectos comúnicativos. En determinados casos, pueden ser niños muy callados, tanto que incluso los padres pueden tener dificultades para recordar detalles del desarrollo del lenguaje. Generalmente inician interrelaciones sociales y conversaciones, aunque éstas se reduzcan a sus temas de interés utilizan una verborrea que al interlocutor le resulta excesiva.

Los niños con autismo de alto funcionamiento presentan no sólo un retraso importante en la adquisición del lenguaje, sino también unas pautas evolutivas en este campo claramente desviadas del proceso normal: disminución o ausencia de balbuceo, ecolalia, confusión pronominal, expresiones repetitivas, escaso vocabulario, dificultades de articulación y expresión. Los sujetos con autismo tienen mayores dificultades en cuanto a la comprender y usar patrones de entonación para expresar diversos contenidos en distintos contextos comunicativos. En las conversaciones suele realizar comentarios o expresiones fuera de lugar, omitiendo la información necesaria para que el interlocutor pueda entenderle.

* Edad de Comienzo

Actualmente, la mayoría de los autores están de acuerdo en que los trastornos del desarrollo se pueden detectar a partir de los 18 meses. A una misma persona se le puede diagnosticar como autismo del alto funcionamiento en una etapa de su desarrollo y posteriormente como Síndrome de Asperger. La incorporación a la escuela puede suponer un hito, ya que es el momento en el que las dificultades de comunicación e interacción social se hacen más evidentes. Por este motivo, algunos profesionales consideran que el diagnóstico de Síndrome de Asperger no puede realizarse hasta que se inicia la escolaridad.

Consejería de Educación, Et al. El Síndrome de Asperger. Respuesta Educativa. Consejería de Educación. (España) 2007; (vol. 2): 42-44. Disponible en: http://www.psicodiagnosis.es/downloads/t.g.dvolumen2.pdf

BULLYING EN NIÑOS Y ADOLESCENTES



El bullying, es una forma de acoso o intimidación, cuando una o más personas son violentas con otra persona, es frecuente en las escuelas, en niños y adolescentes y la violencia puede ser física o psicológica y puede tomar la forma de humillación o burlas.

Dos de los principales motivos de intimidación son a causa de la apariencia y condición social; los acosadores para elegir a su víctima suelen basarse en la forma de hablar, de vestir, algún defecto o diferencia física como lunares, orejas más grandes, exceso de peso, etc.
El bullying o acoso tiene claramente efectos negativos y secuelas, algunos de éstos son el miedo, la falta de confianza y pérdida de autoestima, las víctimas por lo general piensan que se lo merecen y lo sufren en silencio.

Raum E. Bullying en niños y adolescentes. USA: illustrated; 2008.

COMPLICACIONES EN NEONATOS



Los neonatos «pretérmino tardíos» y «a término precoces» sufren mayores complicaciones que los nacidos a término, por lo que aunque podrían ser considerados como prácticamente maduros deberían ser tratados como una población de riesgo debido a sus características especiales, que conllevan una mayor vulnerabilidad y que, en general, determinan una mayor morbilidad y mortalidad. Definición Para poder definir correctamente los términos neonato «pretérmino tardío» y «a término precoz» y aceptar que constituyen una población de riesgo fue necesario que en el año 2005 la Organización Mundial de la Salud publicara una reclasificación de las gestaciones en función de las semanas de amenorrea, resultando así cuatro categorías: neonatos pretérmino tardíos (PT), que son los nacidos entre las semanas 34 0/7 y 36 0/7; neonatos a término precoces, que son los nacidos entre las semanas 37 0/7 y 38 0/7; neonatos a término, que son los nacidos entre las semanas 37 y 42, y finalmente neonatos postérmino, que son los nacidos a partir de la semana 42.




1. Lemus Elia, Lima Elva, Batista Ricardo, Et al. Bajo peso al nacer, crecimiento y desarrollo en el primer año de vida; 2005, revista cubana de medicina general (cuba) 1-5,1561-3038
2. Dra. Fernández Lilian, Dra. Carro Elegegio, Dr. Oeses dalia et al. Caracterización del recién nacido en una muestra del gestantes adolescentes; 2004, revista cubana de obstetricia y ginecología, (cuba) 10-15: 1561-3002

IMPORTANCIA DE VALORES ANTROPOMETRICOS ADECUADOS

“El peso, la longitud y el perímetro craneal al nacimiento son los parámetros antropométricos más corrientemente utilizados para valorar el crecimiento fetal. Estas mediciones y su relación con la edad gestacional han permitido clasificar a los recién nacidos en recién nacidos prematuros, a término y postérmino, con peso adecuado o peso bajo para su edad gestacional, así como recién nacidos con crecimiento fetal normal y con retraso de crecimiento intrauterino. Esta clasificación es de gran utilidad porque permite identificar no sólo a aquellos recién nacidos con mayor morbilidad y mortalidad en el período neonatal, sino también aquellos recién nacidos con riesgo de desarrollar precozmente en edades medias de la vida enfermedades metabólicas y cardiovasculares”.

1. Carrasco, Dra. Yeste A, Et al; Patrones Antropométricos de los Recién nacidos pretermino y a término (24-42 semanas de edad).2010, servicio de Pediatría y Endocrinología (España), 60(5):8-406


Patrones antropométricos de los recién nacidos pretérmino y a término
(24-42 semanas de edad gestacional)



Los patrones de crecimiento intrauterino deben estar sujetos a actualización periódica debido a que los cambios sociales, económicos, de los estilos de vida y hábitos nutricionales maternos parecen ejercer importantes influencias en las características antropométricas de los recién nacidos. En este sentido, publicaciones recientes han puesto de manifiesto el incremento significativo del peso de los recién nacidos en las sociedades occidentales que se atribuye al aumento del peso de la población femenina y a la disminución del hábito tabáquico de las madres gestantes. Por desgracia, no podemos comparar nuestros datos actuales evaluados para cada sexo con los previamente publicados en España, ya sea los correspondientes a nuestro hospital publicados hace 15 años por Malvehy et al7, o los publicados más recientemente, en 1996, por Delgado et al9 correspondientes a la población de Bilbao, ya que en ambos estudios están mezclados los valores correspondientes a ambos sexos. Además, los datos de Malvehy et al7 sólo incluían el peso.

1. Dra. A. Carrasco, Dra. Yeste A, Et al; Patrones Antropométricos de los Recién nacidos pretermino y a término (24-42 semanas de edad).2010, servicio de Pediatría y Endocrinología (España), 60(5)16-406



MORTALIDAD DE BEBES NACIDOS DE MADRES ADOLESCENTES




“los riesgos médicos asociados con el embarazo en las madres adolescentes, tales como la enfermedad hipertensiva, la anemia, el bajo peso al nacer, el parto prematuro, la nutrición insuficiente, entre otros, determinan elevación de la morbilidad y mortalidad materna y un aumento estimado de 2 a 3 veces en la mortalidad infantil, cuando se compara con los grupos de edades maternas más avanzadas”.







Por último, la mortalidad infantil en las gestantes adolescentes (9,7 x 1 000 NV) fue muy superior a la tasa general de todos los nacimientos (de 4 x 1 000 NV) aunque la primera tasa es muy lábil y tiende a variar grandemente ante cualquier cambio en el número de fallecidos, es decir, que realmente, para comparar estas tasas debían calcularse ambas para períodos mayores de tiempo. La tasa de mortalidad NNP y NNT fueron similares ya que en cada período hubo 1 fallecido, en la primera, según clasificación de Quebec, por inmadurez y membrana hialina pulmonar, en la segunda por infección neonatal y asfixia intraparto. 

1. Dra. Fernández Lilian, Dra. Carro Elegegio, Dr. Oeses dalia et al. Caracterización del recién nacido en una muestra del gestantes adolescentes; 2004, revista cubana de obstetricia y ginecología, (cuba) 1-3: 1561-3002

Adolescentes en riesgo


"todos los autores coinciden en que el bajo peso y el PEG son consecuencias muy frecuentes en el producto de gestaciones en adolescentes y con mayor riesgo en la medida que la madre es más joven. Glez Hdez 12 informa que es 12 veces más frecuente el bajo peso en el embarazo precoz que en aquellos en los cuales las madres tienen mayor edad. En el momento de la captación las madres adolescentes de este estudio fueron normal  en peso y solamente en el 42 %, bajo peso en el 34 % y sobrepeso (sólo 1 obesa que se incluye en la clase de sobrepeso) el 24 %. Aunque el 88,5 de los RN pesaron más "


CUIDADOS DE UNA ADOLESCENTE EMBARAZADA


1. Oeses dalia et al. Caracterización del recién nacido en una muestra del gestantes adolescentes; 2004, revista cubana de obstetricia y ginecología, (cuba) 10-15: 1561-3002



¡Riesgos de embarazos de 
madres adolescentes!




“Según Prendes Labrada el estado nutricional materno es un factor determinante en el crecimiento fetal y en el peso del recién nacido, en general el peso al nacer guarda paralelismo con la ganancia de peso materno. Asimismo, en la gestante desnutrida, y en la adolescente que no ha completado su desarrollo hay un inadecuado intercambio feto materno, así como un metabolismo anormal de proteínas,lípidos , carbohidratos y minerales en la madre, que propician la utilización insuficiente de  nutrientes por el feto y afectan su desarrollo.”
  
1. Oeses .Caracterización d  el recién nacido en una muestra del gestantes adolescentes;                    

domingo, 19 de mayo de 2013


AGRESIVIDAD INFANTIL

La conducta agresiva es intencionada y el daño puede ser físico o psíquico. En el caso de los niños la agresividad se presenta generalmente en forma directa ya sea en forma de acto violento físico (patadas, empujones) como verbal (insultos, palabrotas).

Pero también podemos encontrar agresividad indirecta o desplazada, según la cual el niño agrede contra los objetos de la persona que ha sido el origen del conflicto, o agresividad contenida según la cual el niño gesticula, grita o produce expresiones faciales de frustración.
Independientemente del tipo de conducta agresiva que manifieste un niño el denominador común es un estímulo que resulta nocivo o agresivo frente al cual la víctima se quejará, escapará, evitará o bien se defenderá.

Uno de los factores que influyen en la emisión de la conducta agresiva es el factor sociocultural del individuo. Uno de los elementos más importantes del ámbito sociocultural del niño es la familia. Dentro de la familia, además de los modelos y refuerzos, es responsable de la conducta agresiva el tipo de disciplina a que se les someta.



Referencia Bibliográfica:

Rubio F., Galí D. Agresividad en niños y niñas. Madrid: Narcea S.A.; 2009.

ANSIEDAD Y MIEDOS EN LOS NIÑOS

La ansiedad hace que una persona quiera escapar de una situación rápidamente. Sin embargo, un poco de ansiedad puede ayudar a las personas a mantenerse alerta y concentradas.
Sentir miedo o tener ansiedad sobre ciertas cosas puede ser positivo porque hace que los niños(as) se comporten de una manera más segura. Por ejemplo, un niño(a) que tenga miedo al fuego evitará jugar con fósforos.
La naturaleza de las ansiedades y de los miedos cambia a medida que los niños(as) crecen y se desarrollan:
·         Los bebés experimentan ansiedad ante los extraños, abrazando fuertemente a sus padres cuando personas que no reconocen se acercan a ellos.

·         Los infantes de 10 a 18 meses experimentan ansiedad debido a la separación, sintiéndose emocionalmente disgustados cuando uno o ambos padres se apartan de su lado.

·         Los niños(as) con edades entre cuatro y seis años de edad sienten ansiedad respecto a las cosas que no se basan en la realidad, como por ejemplo, el miedo a los monstruos y a los fantasmas.

·         Los niños(as) con edades entre los siete y 12 años generalmente tienen miedos que reflejan circunstancias reales que pueden ocurrirles como por ejemplo, lastimarse o enfrentar desastres naturales.


Referencia bibliográfica:

Pearce J. Ansiedades y miedos. Barcelona: Paidós Ibérica; 2009.

DEPRESIÓN INFANTIL





A menudo se presentan casos de niños con una disminución del rendimiento escolar, un cambio notable en su forma de comportarse o síntomas físicos inespecíficos. En estas situaciones, nos podemos encontrar ante un niño deprimido. Los estudios demuestran que entre un 2% y un 2,5% de los niños en edad escolar están deprimidos. Esta enfermedad es menos frecuente en la edad preescolar. Sin embargo, el número de adolescentes afectados por depresión es mayor, estimándose cifras de entre un 5% y un 8%.


Síntomas

El niño encuentra más dificultades que el adulto a la hora de comunicarse y expresar sus sentimientos. Por esta razón, en la edad preescolar la depresión se manifiesta mediante irritabilidad, fatiga, dolores de cabeza y un bajo tono general.

El niño llora con frecuencia, deja de interesarse por las cosas y muestra una falta de implicación en las relaciones con sus familiares y amigos.



Claude J. Niños tristes: depresión infantil. USA: Elsevier: 2010.

BULLYNG

El hostigamiento y el maltrato verbal o físico entre escolares es bullying. Es un acoso sistemático, que se produce reiteradamente en el tiempo, por parte de uno o varios acosadores a una o varias víctimas. La definición de Dan Olweus que dice que "un estudiante se convierte en víctima de acoso escolar cuando está expuesto, de forma reiterada y a lo largo del tiempo, a acciones negativas llevadas a cabo por otro u otros estudiantes”, es la más aceptada.


Tipos:

 Físico: consiste en la agresión directa a base de patadas, empujones, golpes con objetos. También puede ser indirecto cuando se producen daños materiales en los objetos personales de la víctima o robos.
Verbal: es el más habitual. Sólo deja huella en la víctima. Las palabras tienen mucho poder y minan la autoestima de la víctima mediante humillaciones, insultos, motes, menosprecios en público, propagación de rumores falsos, mensajes telefónicos ofensivos o llamadas, lenguaje sexual indecente…
Psicológico: se realiza mediante amenazas para provocar miedo, para lograr algún objeto o dinero, o simplemente para obligar a la víctima a hacer cosas que no quiere ni debe hacer…
Social: consiste en la exclusión y en el aislamiento progresivo de la víctima. En la práctica, los acosadores impiden a la víctima participar, bien ignorando su presencia y no contando con él/ ella en las actividades normales entre amigos o compañeros de clase.



Sanders E., Implicaciones para el aula. USA: Elsevier; 2009.

DESORDENES PSIQUIÁTRICOS GRAVES EN LOS NIÑOS

El niño que tiene un "desorden psiquiátrico grave" tiene una enfermedad muy seria que puede afectar muchos aspectos de su vida. Estos aspectos pueden incluir sus emociones, su habilidad social o intelectual, o su habilidad lingüística  Los niños con desórdenes psiquiátricos graves también pueden tener problemas físicos o pueden ser retrasados mentales.

Síntomas:
  • No le sonríe a sus padres o a otros que lo cuidan
  • Actúa de forma rara o tiene apariencia extraña
  • Le falta movimiento o expresión facial
  • Habla de forma extraña o tiene un lenguaje privado que nadie entiende
  • Lleva a cabo conversaciones extrañas consigo mismo
  • Hace movimientos repetitivos extraños, tales como dar vueltas como un trompo, sacudir los brazos o dar golpes con la cabeza
  • Demuestra pánico cuando va de un lugar a otro




Soutullo C., Mardomingo M. Psiquiatría del niño. Madrid: Med Panamericana; 2010.

TRASTORNO DE CONDUCTA DISOCIAL

Es una alteración del comportamiento, que a veces es diagnosticada en la infancia, caracterizada por un comportamiento antisocial que viola los derechos de otras personas, y las normas y reglas adecuadas para la edad. Entre los comportamientos antisociales podemos citar la irresponsabilidad, el comportamiento transgresor (como las ausencias escolares o el escaparse), la violación de los derechos ajenos (robo, por ejemplo) y, o la agresión física hacia otros (asalto o violación). Estos comportamientos a veces se presentan juntos, pero puede suceder que aparezca uno o varios de ellos sin estar acompañados por ninguno de los demás.

Síntomas:

• Conducta agresiva
La conducta agresiva causa o amenaza un daño físico a otras personas.
• Conducta destructora
El vandalismo; destrucción intencional de la propiedad e incendios intencionales.
• Falsedad, engaño
• Violación de reglas
Entre las violaciones de las reglas habituales de conducta o de las normas.



 Pozo A., Trastornos de la conducta y de la personalidad. Rev Neurol 2008; 15 (6): 122-128. 

TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO EN LA INFANCIA




Se considera como la causa principal de fracaso escolar. Estas dificultades se empiezan a sospechar en la escuela infantil o cuando empieza la educación primaria. Los padres comienzan a oír frases como «es un poco lento», «necesita mejorar su psicomotricidad», «se despista mucho», «no está bien lateralizado», comentarios que les generan gran ansiedad pero que a veces no los comentan a los pediatras, a no ser que se le pregunte específicamente por estos aspectos.

Sin embargo, el papel del pediatra de Atención Primaria parece fundamental, porque es un profesional que conoce y sigue al niño y a su familia desde el nacimiento hasta la adolescencia.

Para lograrlo, deberá preguntar específicamente sobre el rendimiento escolar del niño en todas y cada una de las revisiones y deberá solicitar una evaluación psicopedagógica en todos aquellos niños en quienes sospeche dificultades. Deberá aconsejar que se siga el tratamiento indicado en los niños diagnosticados de TA y, finalmente, realizará un seguimiento a largo plazo de estos niños y sus familias.


Ferrer M. Trastornos del comportamiento en la infancia. Rev Neurol  2009; 41 (9): 550-555.

MANEJO DE LOS NIÑOS CON TRASTORNOS DEL ESPECTRO AUTISTA

El autismo no es una enfermedad única y sí un trastorno de desarrollo complejo, que se define desde el punto de vista del comportamiento con etiologías múltiples y grados variados de gravedad.

Las manifestaciones del comportamiento que definen el autismo incluyen deficiencias cualitativas en la interacción social y en la comunicación, patrones de comportamientos repetitivos y estereotipados, y un repertorio restrictivo de intereses y actividades. La gran variabilidad en el grado de habilidades sociales, de comunicación y de patrones de comportamiento que ocurren en autistas hizo más apropiado el uso del término trastornos del espectro autista (TEA).

El tratamiento de las deficiencias centrales de los TEA se basan principalmente en las intervenciones sobre el habla y el lenguaje, conductuales y pedagógicas. Se han utilizado diversos fármacos, como los neurolépticos, los anticomiciales, los neuroestimulantes y otros medicamentos para dirigirse hacia unas conductas muy específicas.

 



 

Gadia C., Tuchman R. Manejo de los niños con trastornos del espectro autista. Rev Neurol 2009; 36 (2): 166-173.


TRASTORNO BIPOLAR EN NIÑOS




Es un trastorno cerebral crónico caracterizado por episodios de cambios extremos y alteraciones en el humor, la energía, el pensamiento y la conducta. El trastorno bipolar no afecta a todos los niños de la misma manera. La frecuencia, intensidad y duración de los síntomas y la respuesta del niño al tratamiento varían dramáticamente. 
Los síntomas más evidentes a nivel externo son los de comportamiento, sin embargo, la enfermedad suele tener signos menos visible, pero graves a nivel cognitivo, cardíaco y metabólico. 

Características específicas:

1- Irritable, colérico, malgeniado, chiflado, soez, irrespetuoso, amenazante, enérgico.
2- Explosividad afectiva.
3- Inatento, atolondrado, insensato, acelerado, con accesos de risa incontrolados o siendo el payaso de la clase.
4- Depresivo, triste, duro consigo mismo, tendencias suicidas, autodestructivo, autolesiones.

 

Psicodiagnosis.es, Trastorno bipolar en niños. Barcelona: Psicodiagnosis.es; 2012 (actualizada el 12 de mayo de 2013); (acceso el 18 de mayo de 2013). Disponible en: http://www.psicodiagnosis.es


EL MUTISMO SELECTIVO

 

 

 

Es un problema de inhibición del habla que suele tener su inicio en la etapa preescolar. El trastorno se caracteriza porque el sujeto, pese a tener la capacidad del habla conservada, inhibe selectivamente la respuesta verbal delante de determinadas situaciones sociales o lo restringe a ciertas personas “de confianza” de su entorno familiar (normalmente padres y hermanos).

Puede iniciarse progresivamente como consecuencia de una timidez extrema o también a partir de alguna situación estresante (hospitalización, cambio de residencia, ciudad, etc.).

 

Características:

 

1.    Incapacidad persistente para hablar en situaciones sociales específicas (en las que se espera que hable).

2.    La perturbación interfiere con el rendimiento escolar

3.    La duración de la perturbación es de por lo menos un mes (no se limita al primer mes de la escuela).

4.    La incapacidad para hablar no se debe a una falta de conocimiento de, o a no encontrarse cómodo con, el lenguaje requerido en la situación social.

5.    La perturbación no se explica mejor por la presencia de un trastorno de la comunicación (por ejemplo, tartamudeo) y no aparece exclusivamente durante el curso de un trastorno generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico.

 

 

Psicodiagnosis.es, El mutismo selectivo. Barcelona: Psicodiagnosis.es; 2012 (actualizada el 12 de mayo de 2013); (acceso el 18 de mayo de 2013). Disponible en: http://www.psicodiagnosis.es


LA DEPRESIÓN EN NIÑOS





Los niños que viven con mucha tensión, que han experimentado una pérdida importante o que tienen desórdenes de la atención, del aprendizaje o de la conducta corren mayor riesgo de sufrir depresión. Dos son los factores de riesgo más destacados en esta patología. En primer lugar está lo que tiende a presentarse en determinadas familias. Y en segundo término, la existencia de situaciones de maltrato, que fundamentalmente afectan la seguridad por respaldo social.

Síntomas:
1.    Estado de ánimo disfórico (melancolía)
2.    Ideación autodespreciativa
3.    Conducta agresiva (agitación)
4.    Alteraciones de sueño
5.    Cambios en el rendimiento escolar
6.    Socialización disminuida
7.    Cambio de actitud hacia la escuela
8.    Quejas somáticas
9.    Pérdida de la energía habitual
10. Cambios en el apetito y/o en el peso habitual


Psicodiagnosis.es, La depresión en niños. Barcelona: Psicodiagnosis.es; 2012 (actualizada el 15 de mayo de 2013); (acceso el 18 de mayo de 2013). Disponible en: http://www.psicodiagnosis.es